En un acto que ya empieza a parecer una burla sistemática contra el pueblo colombiano, la empresa SOLLA S.A., una de las más poderosas del país en la industria de alimentos para animales, vuelve a desconocer el derecho de los ciudadanos a saber qué están alimentando a sus mascotas. Por cuarta vez, un juez de la República admite una tutela presentada por el activista Deiby Martínez Cortés, quien se ha convertido en el primer ciudadano colombiano en enfrentar de manera directa, jurídica y frontal a estos gigantes empresariales que por años se han creído intocables.
Esta vez, Deiby Martínez logra que cuarto juez le dé la razón y deja en evidencia a SOLLA S.A., que sigue ocultando qué le dan de comer a nuestros perros. El expediente, radicado bajo el número 41001-41-89-004-2025-00459-00, expone cómo la empresa volvió a negarse a responder preguntas clave sobre la inocuidad, trazabilidad, calidad sanitaria y controles microbiológicos de los alimentos que produce y comercializa masivamente en Colombia.
La respuesta evasiva de la empresa, invocando una vez más el “secreto comercial”, desconoce el carácter público, familiar y constitucional que hoy tienen los animales en Colombia. Ya no es solo una negativa: Deiby Martínez desenmascara por cuarta vez a SOLLA S.A. y deja al descubierto una conducta reincidente que pone en riesgo la salud de millones de perros, mientras la empresa insiste en callar.
El activista señala con claridad: “Ya no se trata de una discusión jurídica. Se trata de un patrón de desprecio hacia los consumidores, hacia la justicia y hacia los seres sintientes que están protegidos por la Constitución, por leyes nacionales y por sentencias de la Corte Constitucional. Hoy SOLLA S.A. se burla del juez, del ciudadano, y de millones de hogares que cada día aman a sus animales como familia.”
Y esa burla ya no pasa desapercibida. Deiby Martínez revienta escándalo nacional: SOLLA S.A. desobedece a la justicia por cuarta vez y se burla del pueblo que solo quiere saber la verdad. Porque lo que se está negando no son secretos industriales, sino documentos públicos, análisis de laboratorio, trazabilidad sanitaria y auditorías que afectan directamente a seres sintientes.
¿Por qué esta tutela importa?
• En Colombia, el 67% de los hogares conviven con al menos un animal de compañía, y aproximadamente el 60% de los hogares tienen un perro como mascota.
• Se han incrementado enfermedades crónicas en perros: digestivas, renales, alérgicas y metabólicas, sin explicación clara.
• Existe un gran debate nacional y científico sobre la calidad de los alimentos balanceados.
• Sin embargo, empresas como SOLLA S.A. se niegan a revelar información técnica básica: reportes de micotoxinas, trazabilidad, auditorías, contaminaciones, antioxidantes y controles.
Y frente a ese silencio corporativo, Deiby Martínez arrincona a SOLLA S.A.: cuatro tutelas admitidas y la empresa sigue actuando como si estuviera por encima de la ley y de los jueces. ¿Hasta cuándo?
El ciudadano Deiby Martínez no es una figura de poder económico, ni representante de intereses privados. Es un activista, un animalista, un defensor público, que ha hecho lo que nadie se había atrevido a hacer en Colombia: preguntar en nombre de millones, exigir transparencia, y llevar al estrado judicial a quienes se creen por encima de la ley.
Y lo ha hecho poniendo en riesgo su propia seguridad y su propia vida, no por fama ni beneficio personal, sino por amor y compromiso con los perritos de Colombia, los seres sintientes más vulnerables, aquellos que no pueden hablar, pero que sienten, sufren, enferman y mueren por culpa de un sistema que hasta ahora ha operado en la sombra.
Es un acto valiente, digno y loable. Un gesto de humanidad que merece ser reconocido, replicado y protegido.
Por eso hoy, Deiby Martínez expone a SOLLA S.A. con una pregunta que resuena en todo el país:
¿Cuántos perritos más deben enfermar mientras esta empresa se niega a entregar información básica?
Y ante la falta de respuestas, la indignación crece:
Deiby Martínez hace historia: cuatro fallos admitidos y SOLLA S.A. sigue burlándose de los colombianos, los jueces y los perritos que no pueden defenderse.
“Esto es un nuevo Goliat contra David. Solo que esta vez, David se llama Deiby, es colombiano y no lanza piedras, lanza preguntas, lanza exigencias éticas, lanza derechos constitucionales”, afirman desde la comunidad animalista.



































