Por Jenifer Osorio, Jefe de Prensa de la ONG Protección Canina Mundial – Columnista invitada
En Colombia, el maltrato animal sigue siendo una realidad dura y que se mantiene. Aunque hay leyes que lo castigan, la impunidad, la indiferencia de la sociedad y la débil respuesta de las instituciones hacen que miles de animales sigan sufriendo, especialmente en ciudades como Neiva. Allí, las denuncias van en aumento, pero las soluciones siguen siendo muy pocas.
Cifras nacionales alarmantes
Entre enero y noviembre de 2024 se reportaron 1.878 casos de maltrato animal en el país, lo que representa un incremento del 55 % en comparación con el mismo período de 2023 (Infobae). A pesar de que desde 2017 se han interpuesto más de 15.000 denuncias, apenas se han logrado un poco más de 200 condenas. Esto muestra claramente lo lejos que estamos de una justicia real y efectiva (Tropicana FM).
Casos recientes en Neiva
Durante las fiestas de San Juan y San Pedro en 2024, se encontraron 40 animales en malas condiciones: 34 perros, 4 gatos y 2 palomas, todos con señales claras de desnutrición y sin acceso a agua o comida (Infobae).
En julio de ese mismo año, se reportó el caso de un perro que perdió una de sus patas por una herida que nunca fue atendida. Una muestra más del abandono que muchos animales sufren en Neiva (Caracol Radio).
Y en noviembre, un perro llamado “Copito” fue rescatado en una finca recreacional cercana a la ciudad. Tenía desnutrición severa, estaba lleno de parásitos y con lesiones en los ojos. El caso fue tan impactante que se volvió viral en redes sociales (Huila Tv Noticias).
La indiferencia comunitaria
Lo más triste es que muchos de estos casos suceden frente a todos. Pero casi nadie denuncia. El maltrato animal se ha vuelto algo tan normalizado que la mayoría prefiere quedarse callada. Ya sea por miedo a represalias, por no confiar en las autoridades o simplemente porque se ha vuelto “normal” ver perros encadenados, sin comida o abandonados en las calles.
Avances legislativos: La Ley Ángel
Ante tanta indignación, el Congreso aprobó en 2025 la llamada Ley Ángel, que busca castigar con más fuerza el maltrato animal. Esta norma contempla:
• Penas de más de 3 años de cárcel para quienes cometan actos graves de maltrato.
• Multas económicas altas.
• Prohibición de tener animales entre 5 y 7 años para quienes sean condenados.
El nombre de esta ley se debe a “Ángel”, un perro que fue asesinado brutalmente en Medellín y cuyo caso provocó una ola de protestas en todo el país, haciendo evidente la necesidad urgente de cambios reales.
Llamado a la acción
La ley es un paso importante, sí. Pero por sí sola no basta. Hace falta educación, control por parte de las autoridades y un compromiso real de la comunidad. El silencio de los vecinos, la falta de acción de las autoridades y la poca conciencia de muchos siguen siendo cómplices del maltrato.
Es urgente que alcaldías como la de Neiva inviertan en programas de protección animal, mejoren los canales de denuncia y trabajen de la mano con las ONG que ya están haciendo esta labor desde hace años. También es clave que los medios sigan mostrando estos casos, no solo cuando se hacen virales, sino como parte de una responsabilidad constante.
Mientras haya aunque sea un solo animal sufriendo en silencio y a la vista de todos, Neiva no puede llamarse una ciudad compasiva. Romper ese silencio es una tarea que nos toca a todos.
































