Las intensas lluvias registradas en los últimos días han llevado al límite la capacidad de los embalses de Betania y El Quimbo, en el Huila. El primero alcanzó su máximo nivel de almacenamiento (100%) y el segundo llegó al 99.2%, lo que obligó a la apertura controlada de compuertas por parte de Enel Colombia, la empresa operadora.
Como resultado, seis municipios del departamento —Palermo, Rivera, Gigante, Campoalegre, Yaguará y Hobo— han reportado emergencias por inundaciones. Las afectaciones van desde viviendas anegadas hasta daños en cultivos y cierres viales, según información de la Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres de la Gobernación del Huila.
Municipios bajo el agua
Palermo es uno de los más golpeados, con más de 90 viviendas inundadas en sectores como el barrio Alcalá y el puente Minas del Rosario. Según el alcalde Kleyver Oviedo Farfán, el agua del río Magdalena ingresó por ductos del sistema de alcantarillado pluvial, generando preocupación por futuros empozamientos y la proliferación de vectores. “Cuando no tenemos incendios, tenemos problemas por lluvias”, lamentó el mandatario.
En Gigante, la creciente del río Magdalena afectó unas 50 hectáreas de cultivos en la vereda El Espinal. Campoalegre reportó 32 viviendas afectadas en el sector Puerto Seboruco, mientras que en Yaguará se presentaron inundaciones en 24 viviendas de las veredas Bajo Mirador y Viru. En la vía entre Hobo y Yaguará, a la altura del sector puente Amarillo, se produjo el cierre total de una vía clave por anegación.
La maniobra de Enel y sus implicaciones
Enel Colombia, responsable de las operaciones en ambos embalses, justificó la apertura de compuertas como una medida preventiva para evitar desbordamientos mayores. La empresa reiteró que estas acciones no representan un riesgo inminente para las comunidades, pero hizo un llamado a la precaución para quienes habitan aguas abajo.
«Estas aperturas buscan amortiguar las crecientes venideras en los ríos Páez y Magdalena», indicó Enel, al tiempo que insistió en la importancia de no transitar ni permitir el acceso de personas o animales en zonas de riesgo.
Preocupación del sector acuícola
El director ejecutivo de la Federación Colombiana de Acuicultores (Fedeacua), Carlos Alberto Robles, expresó su preocupación ante los niveles históricos que han alcanzado ambos embalses, los más altos desde su puesta en operación. “El sector productivo de la acuicultura se encuentra en alerta por posibles afectaciones a la infraestructura, insumos y vías de transporte de producto y alimento balanceado”, señaló Robles, quien también confirmó una reunión urgente con autoridades departamentales y ambientales.
Según Fedeacua, se teme que se agraven las inundaciones alrededor de los embalses si continúan las lluvias. “El panorama es complejo, no solo por el riesgo a la infraestructura productiva, sino por el impacto económico que puede derivarse de la parálisis de operaciones”, agregó.
Medidas en marcha y retos
Las autoridades locales han iniciado acciones de mitigación. En Palermo, se construyen barreras de arena para contener el agua y se usan motobombas para evacuar las zonas más afectadas. También se discute la construcción de un jarillón como solución a mediano plazo.
Sin embargo, los niveles del río Magdalena continúan siendo una preocupación, ya que podrían limitar la efectividad de futuras descargas controladas. Mientras tanto, la comunidad y los sectores económicos permanecen en alerta máxima, con la esperanza de que el régimen de lluvias se estabilice y evite una crisis mayor.































